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jueves, 21 de enero de 2010

Broche de oro

Así de fácil: Para mí y para mí hermano ha sido lo más rockero hasta estos días. Nada más de recordarlo me da mucha risa y al mismo tiempo asco. En fin aquí esta lo que nos pasó. Esto fue para cerrar el año, nos fuimos con la familia de viaje al Puerto de Veracruz, y como es de tradición en Veracruz no puedes dejar pasar la tarde sin echarte un buen purito, un buen ron, un dominó y escuchar a los músicos jarochos. Cuando terminó la partida de dominó, mí hermano y yo decidimos irnos por nuestra parte a echar rock y buscar putas, así que fuimos a los portales.

Los portales son muy famosos, ya que es el equivalente al zócalo del Distrito Federal, y está lleno de músicos de todo tipo, ya sean tríos, banda, corridos jarochos, mariachis, etc. Lo que quieras ahí está. Entonces empezamos a cubearle duro y nos encontramos a un grupo de músicos que habíamos conocido días antes, les invitamos a echarse unas copas en la mesa, y a cambio de eso, se echaban una que otra canción, y es que a mí hermano y a mí desde chicos nos gusto la música de boleros.

Después de unos muy buenos tragos y varias canciones, ya conocíamos a casi todos los músicos de los portales, hasta el jefe del sindicato de los músicos nocturnos de los portales, el cual lo conforman más de 120 músicos; de los cuales uno de ellos muy buen pedo se ofreció en llevarnos putas a la mesa. De repente llegó una, la cual estaba sabrosa pero quería cobrar como si estuviera buenísima, así que la mandamos a la verga, y nos fuimos poniendo más y más pedos, hasta que empezó a irse toda la gente de los portales porque ya era tarde, pero nos habían contado de un bar a una calle, que es como el after de los portales, llegamos y había dos putas pero no eran cualquiera, tenían fácil más de 50 años, horribles como la chingada y flácidas como el cuello de pavorreal. En fin, era lo único en el menú, y bastante baratas, malo si no, así que las contratamos (chingue su madre).

Cuando llegamos al hotel, cada quien con su respectiva puta, fue algo desagradable pero en esos momentos pues simplemente sigues adelante. Por si fuera poco, entramos al cuarto y obviamente la mía que era la más culera se desviste. ¡Verga con el espanto!, en estos momentos traigo nauseas nada mas de recordar esa imagen, ni ganas de seguir escribiendo.

Ya después de un respiro, apaguá todas las luces y que la puta prende la tele, que porque no veía nada, en fin que se me montó y me empezó a pegar mamadas y así, no mames con el cuello de pavorreal que se cargaba, hasta hacia ruido “drudrudrudrudru” me cae de madre, de lo peor, y para hacerlo más folclórico mi hermano cogiendo con la otra puta a menos de dos metros en la otra cama, así que si volteaba al techo veía a la puta sobre mí, al otro lado mi hermano cogiendo, así que me resigne a ver la pared vacía. Bastante desagradable; luego yo dije: -¿y si hacemos intercambio de putas?-, ninguno de los 3 quiso hacerlo, y como era de esperarse, no nos pudimos venir ni mi hermano ni yo, por el susto de verlas, aparte nos reclamaban de que les raspaban sus pantuflas, ¿cómo después de tantos años quieren que sigan lubricando? Pues que no mamen. En fin las corrimos del cuarto, cada quien se metió a su cama y no comentamos nada hasta el otro día. Toda la mañana siguiente ni ganas de sabrosear a las viejas que veíamos ni nada, pero después ya otra vez andábamos en busca de panochitas, pero que si estuvieran jugosas y que apretaran. Nuestros estándares de calidad desaparecieron, de por sí eran bajos, desde ese día la pregunta entre nosotros ¿Sí te das a esa vieja? Es pura vanidad.

Escrito por: el comal.

2 comentarios:

  1. Bien por ese comal en probar las tradicionales picadas veracruzanas, le faltaron las gordas de frijol...

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  2. excelente, diría yo...¿por qué no publicar más relatos así?

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