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jueves, 29 de abril de 2010

Te agradezco

Haberte conocido es lo mejor que me ha pasado en meses, quizá en uno o dos años. En un principio me pareciste pedante, seria, poco sincera, estúpida, inútil, mala, egoísta, infeliz, traidora, mentirosa y tenía razón

Recuerdo perfectamente el primer día que te vi, jamás podré olvidar tu facha de entereza, de no me interesas, de perfección, de arrogancia, de empresaria, de prepotencia, de altiva, de alteza, de realeza, de omnisapiencia, de omnipresencia. Me pareciste detestable, ridícula, estúpida, falaz, errante, putrefacta, boba, mimada, simple, ridícula y falsa. Con ese ritmo que tienen tus piernas cuando caminas: uno, dos, izquierda, derecha. Con esa verticalidad axial, con toda tu ropa recién sacada de la tintorería, con las uñas recién limadas, tus zapatillas de aparador, tu collar de moda, tu corte nuevo…con todo eso te digo que alguien como yo nunca más conocerás. Estás destinada a la infelicidad, a estar con alguien que seguramente antes de contraer nupcias te va a engañar con tu mejor amiga, con alguien que te prometerá todas las estrellas del manto estelar, con alguien que te dirá que tú eres la más bella de esas estrellas, con uno que te llenará de regalos, con aquel que usa corbata los sábados, con el que maneja un cero kilómetros, con uno que sigue creyendo en la superioridad de las marcas, con uno que no puede convivir con los que menos tienen, con uno sin sensibilidad, con uno sensible a la cuesta de enero, con uno que presentará ante sus amigos como sólo una amiga…conmigo.

Pasamos excelentes momentos. ¿Te acuerdas cuando corrimos de la mano a toda velocidad esquivando a los peatones? Yo sí. ¿Te acuerdas cuando lloraste en mi hombro porque no encontrabas una solución a los problemas de tu padre? Yo sí. ¿Te acuerdas cuando me dijiste te quiero? Yo no. Qué fácil es olvidar los malos momentos, para mí me parece imposible pues contigo sólo se trató de eso: de malos momentos. De desprecios, de fatiga, de mentira, de consuelo.

Acepto haberte herido, acepto haberte amado, acepto haberte aceptado, acepto también haberte buscado pero lo que no acepto es que me hayas dejado. Te largaste como un animal al que se le deja de dar alimento, te fuiste sin más, te fuiste sin dar explicaciones, te saliste de mi alma, te fuiste de mi vida. Me trataste como al peor de los hombres, como a un esclavo, como a un migrante, como a un extraño, como un don nadie, como a tu peor enemigo. Espero que lo sepas: ya no te quiero.

Creo que tú nunca me quisiste, no me parece raro porque tú no sabes lo que es querer ni mucho menos amar. Es claro que no sabes dar amor, ni tampoco recibir. Tú crees que nunca perdiste, pues te adelanto que me acabas de perder. Me perdiste para siempre, para ti ahora estoy en un laberinto en el que nunca me hallarás y del que nunca saldrás. Acéptalo, perdiste lo mejor de tu vida.

Así como comencé terminaré, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. No quiero verte nunca más, no quiero ser parte de ti, no quiero a personas como tú. Te detesto, te odio, te maldigo, te entierro, te olvido y lo mejor de todo: te agradezco.

miércoles, 28 de abril de 2010

¿Soy raro?

El otro día al platicar con mi novia me preguntó si ella era una persona rara, cosa que en verdad me causó mucha risa en el momento, pero le conteste con toda sinceridad.

“Yo soy de la idea de que todos somos únicos y diferentes, y no hay nada que te diga cómo es una persona normal o alguien ejemplar porque no existe. Nadie puede ser perfecto como para parecer perfectamente normal ante los demás en todos los aspectos, siempre encontramos defectos y anomalías en los demás, y al vernos a nosotros mismos todo parece normal y ejemplar, ya que son tus gustos, manías, modos, etc. De hacer las cosas. Muchas personas dicen que soy raro, porque traigo mi USB y las llaves de mi casa colgadas en un collar, para mí se me hace lo más cómodo y práctico, ya que soy muy despistado y siempre acabo perdiendo las llaves, y así se bajan las probabilidades de perderlas, de no traerlas conmigo, o simplemente no encontrarlas cuando las necesito.”

Y al profundizar más en el tema me di cuenta que si la gente no fuera así no habría inventos, ni innovaciones. Ya todo estaría hecho, ya que algo nuevo no es algo normal porque va contra la rutina cotidiana. Todos los innovadores han sido personas que en su tiempo parecieron y se los consideraron como locos. Pero al pasar del tiempo son considerados genios y revolucionarios, debido a que sus locuras se convirtieron en aportaciones importantes para el desarrollo humano en algún aspecto en particular. Detrás de un genio siempre hubo un loco o un raro. Al presentarnos algo nuevo, lo relacionamos con raro, porque no estamos acostumbrados a ese cambio de situaciones.

“No existe ningún gran genio sin un toque de demencia”- Lucio Anneo Séneca (Filósofo latino).
Escrito por: El Comal

domingo, 25 de abril de 2010

Sólo nosotros dos

ÉL y ELLA se conocieron hace mucho tiempo, pudieron haber sido una pareja de telenovela; sin embargo eso nunca pasó. Tiempo después ELLA decide buscarlo.
-o-
NARRADOR. Tras un largo día en el colegio, él dormita por la tarde en su cama; Suena el teléfono y se levanta inmediatamente a contestarlo. Todavía balbuceando responde al llamado.
ÉL.- Bueno ¿Quién habla?
(silencio)
ÉL.- Bueno, bueno
NARRADOR.- Eran las cuatro de la tarde cuando ella se decidió. Con mariposas en el estómago y uno que otro retortijón toma el teléfono y le marca a ÉL.
ELLA.- Soy yo.
ELLA.-No te escucho bien, ¿pasa algo?
NARRADOR.- ÉL sabía perfectamente que quien le hablaba era ella. Pretendía no saberlo.
ÉL.- Ah! Hola, ¿Qué dices?, ¿Cómo estás?
ÉL.- No pasa nada, lo que pasa es que me acabo de despertar; bueno, me despertaste (risas nerviosas). Pero dime, ¿en qué te puedo ayudar?
NARRADOR.- Con un nudo en la garganta y el corazón latiendo continua y rápidamente ELLA responde.
ELLA.- Muy bien, aquí pensando en ti.
ELLA.- Mira, va a haber una reunión de acá de la escuela, que onda ¿jalas? En un rato te mando la dirección, ¿te late?
NARRADOR.-ÉL medio dormido todavía accede a las posiciones de ELLA
ÉL.- Órale, me late. Nos vemos al rato.
-o-
Narrador.- ÉL ya muy consciente de lo que había dicho se puso a pensar en las múltiples cosas que tenía que hacer por la tarde y que seguramente no llegaría puntual al lugar que hasta esas horas desconocía. Se echó agua en la cara. Se cambió la playera y emprendió camino. Prendió el coche. Se despidió del “poli”.
Pasaron dos horas y él todavía no iba ni a la mitad de sus quehaceres. Sonó el teléfono. El identificador de llamadas decía que era ELLA.
ÉL.- Ah ¿Qué onda? ¿Entonces siempre si nos vemos más tarde?
ELLA.- Sí, sí pero ni siquiera te he dado la dirección ni nada. Espera. ¿Tienes dónde apuntar?
ÉL.- No, pero mejor mándamela por mensaje.
ELLA.- ¿Seguro?
ÉL.- Sí, mejor.
ELLA.- Bueno, entonces en unos cinco minutos te la mando. Adiós. Te quiero
NARRADOR.- Al escuchar el “te quiero” ÉL se sintió muy incómodo ya que en ese preciso instante no sentía lo mismo que había sentido por ELLA hace tan sólo unos cuantos meses. Atónito, se orilló y se quedó pasmado por unos diez o quince segundos pensando en cuánto significaban esas palabras para ella. Tras un suspiro siguió su camino. Pasó una hora más y ÉL casi terminaba sus actividades. Vibró el teléfono. UN NUEVO MENSAJE. Era ELLA con la dirección de la reunión. Tras la no respuesta de ÉL al mensaje de ELLA, ésta última (totalmente desesperada) decide marcarle para confirmar.
ELLA.- Ah hola, oye, ¿te llegó el mensaje?
ÉL.- Sí, sí hace un rato. Pero como vengo manejando no pude contestártelo.
ELLA.- Ah bueno, no te fijes. Pero ¿si nos vemos al rato?
ÉL.- Sí, sí te caigo. Aunque sea un rato. Pero de que nos vemos, nos vemos.
ELLA.- Oye
ÉL.- Sí, dime
ELLA.- ¿Puedes pasar por mí?
ÉL.- Híjole, me la pones muy complicada. Estoy hasta el otro lado de la ciudad
ELLA.- Bueno, entonces nos vemos allá a las 10 ¿Te late?
ÉL.- Sí. Sí llego.
ELLA.- Va, adiós, te quiero
ÉL.- (Nada respondió)
Narrador.- Por segunda vez ELLA le dijo lo que ÉL no podía escuchar. Él, contrariado pensaba en cómo responder ante esto. No encontró respuesta.
-o-
ELLA se arregla como nunca. Se baña. Se alacia el cabello. Se maquilla. Se pinta las uñas. Se pone la mejor blusa. Se sabe y se ve hermosa. ÉL mientras tanto maneja en el tránsito de la ciudad y piensa en cómo se verá ELLA.
Llega la hora de la reunión. Abrazos, besos, estrechadas de manos, amistades nuevas, viejas amistades, recuerdos, sonrisas, música, bits, y ELLA.
ELLA se ve deslumbrante, con su tez perfecta, el cabello agarrado, y una sonrisa cautivadora. Los demás no le interesan, sólo lo está buscando. No lo encuentra. Se desespera. Pasan dos horas en la reunión y Él no llega. ELLA decide marcarle de nuevo.
ELLA.- ¿Qué onda, dónde andas?
ÉL.- Perdón, perdón es que….
(se corta la llamada)
NARRADOR.- ÉL desesperado intenta marcarle. No tiene éxito. No hay señal. Pisa el acelerador cuando momentáneamente UN NUEVO MENSAJE, DOS NUEVOS MENSAJES. Mientras tanto ella inconsolable piensa lo peor de ÉL y decide enviar un par de mensajes. El primero decía: ¿Se te olvidó verdad? El segundo decía: Ya me voy, nos vemos luego.
ÉL, desesperado al ver el mensaje contestó de igual manera un par de veces. El primer mensaje decía: No, no se me olvidó. El segundo: no te vayas, llego en cinco minutos.
ELLA siente contracturas en el cuerpo. Le tiemblan las manos.
-o-
ÉL llega al lugar de la reunión e inmediatamente se da cuenta de ELLA. No hace nada y espera a que ELLA vaya a su encuentro. ELLA parece verlo a lo lejos e inmediatamente corre a abrazarlo. ÉL finge no encontrarla y se da media vuelta con la cabeza baja. Súbitamente siente un par de brazos a su alrededor. Sabe que son de ELLA.
ELLA.- Hola mí vida, déjame abrazarte, dame un beso, te quiero.
ÉL.- Hola, ah sí claro.
ELLA.- ¿Qué no te da gusto verme?
ÉL.- Por supuesto que sí, pero me extraña en ti tanta efusividad. Parece como si no me hubieras visto en años.
Para ELLA, aunque habían pasado meses, parecían mil años.
ELLA.- No, no. Espera
ELLA.- Tengo que decirte algo
Y ELLA con todo el valor que tenía en ese momento dijo:
ELLA.- Te amo.
ÉL con una mirada de extraño la veía y la volvía a ver afirmándose que sí era la misma de siempre. Pero ahora tenía algo distinto. Y no se le ocurrió más que contestar:
ÉL: Yo no.
-o-
Esas palabras significaron mucho para ambos. Para ÉL significaron un sentimiento que nunca antes había tenido. Para ELLA un mar de lágrimas al saber que Él era incapaz de amarla. Lo único y más desesperado que se le ocurrió a ELLA fue abrazarlo fuertemente. ÉL se sintió cobijado.
ELLA.- Dime que me amas
ÉL.- No, eso sería una mentira.
ELLA.- Dímelo. Aunque sea mentira.
ÉL.- No, no quiero jugar contigo.
ELLA.- Anda, juega conmigo. Dime que me amas.
ÉL.- No, entiende, no te amo
Y así pasaron largo tiempo. ELLA: perdida en sí misma. Él: negando sus sentimientos. Pasaron dos, tres, tal vez cuatro horas. ÉL le explicaba porqué no la amaba. ELLA lloraba y lloraba. Sucedió algo que sólo ellos dos lo saben, finalmente ELLA accedió y de manera inaudita entendió que lo que ÉL siente es mucho más grande que un “te amo”. Se fundieron en un abrazo y se hacen UNO. Aquello que sólo parecía una reunión se convirtió en una fiesta de dos.
Suena una canción, su canción
ELLA.- ¿Te acuerdas?
ÉL.- Sí, me acuerdo
ELLA.- Ahora te quiero más que nunca.
ÉL.- ¿Qué nos pasó?
ELLA.- No sé, no quiero saber, ya no me importa.
ÉL.- A mí sí me importa. ¿Sabes por qué?
ELLA.- No, no sé. Dime
ÉL.- Porque tú me importas.
Al ritmo de las canciones. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis o tal vez siete tragos ÉL comenzó a perder el control. Un sniff, dos sniff, tres sniff son más que suficientes para que ELLA lo perdiera también.
De nuevo su canción.
ÉL.- Sabes. Estoy empezando a sentir lo mismo que antes. (con una voz entrecortada)
ELLA.- Yo ya no te amo, te necesito.
ÉL.- Ahora sólo somos tú y yo: nosotros dos
ELLA.- Siempre fue así: sólo nosotros dos.
En ese preciso momento se funden en un sentimiento tan puro que nada les importa. Sólo están ellos.
-o-
No pasa mucho tiempo para que algunos de los invitados se retiren del lugar. A ELLOS no les interesa. Se observan y se notan perfectos.
ELLA.- Te amo
ÉL.- Yo también
ELLA.- ¿Subimos?
ÉL.- ¿Estás segura?
ELLA.- Sí
A estas alturas de la noche la hora ya no importa. Podrían ser las cinco o las seis de la mañana. Eso no les importaba.
Lo que sucedió después fue algo que sólo ELLA puede decir. ´
Ya era de día
ÉL despertó y vio que estaba acompañado por ELLA. Lloró en silencio
ELLA dormía como si no lo hubiera hecho en tres días
ÉL besó la frente de ELLA. La cobijó. Tomó sus cosas. Secó una lágrima que se deslizaba lentamente sobre su cara y se fue

Máscaras, plástico, sombras…

Esto es el resultado de un breve análisis mientras me estaba bañando. Es simple y sencillamente lo que puedo decir acerca de algo que simplemente no me va ni me viene en su totalidad sino sólo en parcialidad.

Lo que estoy escribiendo es un tema por todos tocado, por pocos estudiado, por los menos reflexionado y por los más vivido. ¿De qué jodidos hablo? De lo que nos hace sentir bien por pocos momentos, lo que nos hace sentir más que los demás, lo que mostramos ante los demás, lo que NO somos.

Caminando por los pasillos de la universidad vi abundancia, sonrisas, risas, materia, estados emocionales “plenos”. Observé necesidad, envidia, falacias… Seguí caminando, saludé a uno, dos, tres, cuatro. Abracé a uno más y se terminó el recorrido. Súbitamente me detengo a oír una conversación que llamó mi atención: “Es que wey, no mames, el fin wey estuve pistee y pistee. ¿Tú sabes, no? Un vinito, unas damas, poca madre todo, chingón wey, le paramos a las seis de la mañana wey. Y es que no me vas a creer wey, ¡Fácil me tomé unas 2 botellas yo solo!”. Hacer mención de quién dijo esto no vale la pena, posiblemente fui yo. Cada quien le puede poner autor al discurso anterior. Días después esa misma persona me dijo que en sí él vivía de una manera terrible: con problemas en casa, con sentimientos frustrados, con rechazo, muy mal.

Vaya paradoja. Él cuando se refiere a los demás generalmente lo hace de una manera despectiva, burlesca, ofensiva y lo más curioso de todo: demuestra una seguridad en sí mismo que ciertos políticos envidiarían. En fin, no quiero hablar más de él, sino de lo que implica.

Cuando uno está en una situación de auto conocimiento es normal probar con muchas cosas: la onda de la paz, los distintos gustos musicales, la onda de la lectura, la peda, las drogas, lo momentáneo, lo irregular y lo peor de todo: LO MATERIAL. Todo lo anterior me cuadra perfectamente, inclusive lo material. Es una situación de introspección chafa en la que buscamos una seguridad totalmente aparente que se ve reflejada en lo que consumo, en lo que traigo puesto, en lo que manejo…resultando siempre en una total desesperación y en un arrepentimiento por haber dejado algo que fue real y palpable.

¿A caso uno ve eso en sus padres? No, pero de los errores se aprende. Aunque muchas veces nos salga carísimo. ¿De qué sirve tener en mi muñeca izquierda un Rolex Daytona o un Mido Commander? Pues sólo de pose porque un Casio con calculadora bien me da la misma hora. Maldición, creo que no es tan complicado que me entiendan. Por favor NUNCA DEJEN A SUS VERDADERAS AMISTADES, AQUELLOS QUE TE HACEN SENTIR BIEN CUANDO LO NECESITAS, LOS QUE TE DAN UN REGAÑO CUANDO TE LO MERECES, A LOS QUE TE DA GUSTO VER….SÓLO POR TENER UN RANGO SOCIAL AL QUE NO ES QUE NO PERTENEZCAS SINO QUE SIMPLEMENTE NO TE VA BIEN.

Si alguien tiene un conocido en esta situación, mándenle este texto. Chance les sirva. Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo. L. Tolstoi

viernes, 23 de abril de 2010

Contacto con un super héroe

Uno se imagina que los super héroes son como los que salen en televisión, libros o historietas ya que nos han hecho creer que son aquellos que tienen super poderes como volar, aventar lumbre, correr a la velocidad de la luz, etc. Y nada más viven en las historietas, y son producto de nuestra imaginación, pero yo he descubierto que los super héroes sí existen y habitan entre nosotros, aunque en verdad son pocos y muchas veces no nos damos cuenta que están a nuestro lado, incluso nosotros mismos podemos ser uno de ellos.

Al pensar en super héroes uno cree que es alguien con un cuerpo atlético, una vida ejemplar en todos los sentidos y con cosas que ningún humano normal físicamente puede llegar a realizar. Yo hace poco tuve contacto con un super héroe y aunque lo he conocido toda mi vida y sabía que no era una persona común y corriente, no lo veía como un super héroe, pero al saber más de su vida y algunos detalles me di cuenta que él es uno de verdad.

Para mí la palabra super héroe significa aquella persona que da todo por los demás, pero no nada más da sin recibir nada a cambio, sino que también ayuda a la persona para que salga de su problema y ayuda para que no vuelvan a cometer el mismo error. No nada más tapa un hoyo con arena que en cualquier momento puede ser vuelto a destapar de un momento a otro.

Les contaré de mi super héroe. Él es una persona de la tercera edad, con un cuerpo nada atlético ya que su único deporte que practica y del cual es fanático es el domino, (ya que él lo considera como deporte), además es alguien con quien he compartido viajes, aventuras, domino, problemas, etc. Y siempre ha estado cuando se le ha necesitado y mucha gente ha abusado de él, pero él sigue sin perder la fe en las personas pensando que pueden llegar a cambiar en algún momento.

Desde hace tiempo he provocado un problema personal, el cual, con el tiempo empezó a crecer hasta que llegó a un momento que ya no podía controlarlo, así que acudí a él por ayuda, esperando a que me ayudara a salir del problema y haciéndome regresarle el favor. Pero no fue así; me ayudó regalándome el favor, y es que además él sabe que para mí no hay pertenencia más valiosa e importante que una persona puede tener: su palabra, su prestigio y el honor.

Así que me hizo prometerle que iba a cambiar mi manera de vida en este aspecto para no volver a caer, lo cual es un compromiso con mayor importancia para mí, ya que un favor de una u otra manera lo puedes solucionar y conseguir de otro lado para pagarle el favor, pero aquí nada mas hay una sola manera de solucionarlo y esta es mediante mis actos. Y esto no lo hace por molestarme, sino al contrario, lo hace para que cambie y sea mejor persona, ya que cualquiera puede regalar, pero no nada más es regalar, sino asegurarte de que va a servir a futuro su ayuda.

“Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida." -Proverbio chino.


Escrito por: El Comal

martes, 20 de abril de 2010

Algo nuevo



¿Cuántas veces no hemos presenciado una cosa magnifica y no le ponemos atención por estar pensado en otra cosa y la dejamos pasar? Todo el tiempo estamos pensando en algo que va a pasar, que pasó, alguna solución, etc. Y más en estos tiempos que todo el tiempo necesitamos estar conectados, informados, y de más. Pero ¿Hace cuánto no te regalas una tarde, desconectándote del mundo exterior, de la chamba, la escuela, la familia, etc.? Cada vez es más difícil, vivimos más acelerados y todo está al alcance de tu mano.

Hace tiempo estaba exhausto de la chamba, escuela, familia, fiestas y demás que ya no sabía ni qué hacer para despejarme, así que tome un camión y sin más me fui a Morelia solo. Cuando llegué sentí una libertad y una tranquilidad que en pocas veces en mi vida he sentido. Sin presiones de compromisos ni nadie que me presionara, horarios, etc. Era mío ese fin de semana y nada más. Nunca antes lo había hecho, llegar a un hostel para alojarme solo, además de que pedí cuarto comunal, compartiéndolo con unos paisanos que no conocía, en una ciudad que lo único que conocía era un antro donde pasé una noche tremenda meses antes y donde conocía a un cuate y una amiga.

Puede parecer raro, pero ha sido de los mejores fines de semana que he tenido, de repente comencé a disfrutar cada momento poniéndole atención a mi alrededor y cada vez que volteaba la mirada a un lado, algo me causaba curiosidad y asombro, y no era por estar en Morelia o donde estuviera, lo que pasaba es que había dejado de ver las cosas detenidamente. Sin tomarme el tiempo de observarlas y asombrarme de éstas.

Muchas veces veo a los niños que se divierten y se asombran de las cosas más sencillas y absurda, ya sean burbujas, globos, etc. No no comprendo cómo puede una cosa tan sencilla y absurda ser tan genial, y es cuando me doy cuenta que el absurdo soy yo, y que deje de asombrarme de la vida, preocupándome y enfocándome en otras cosas dejando de disfrutar cada momento.

Cada vez estoy más convencido de que todos tenemos guardado el niño que algún día fuimos o quisimos ser, algunos muy pero muy guardado y otros más a la superficie, que en cualquier momento sale a relucir con alguna cosa absurda, boba, inocente o que sé yo, pero dejando ser ese niño. Veo a mi abuelo a sus 77 años y me impresiona que de vez en cuando hace unos comentarios o alguna cosa que te sorprende, que hasta llegué a decir: mi abuelo es mas inmaduro que mis cuates al igual que su hermano de 75 años, te sorprenden y te das cuenta que “los hombres no dejan de jugar cuando envejecen, si no que envejecen porque dejan de jugar.”
Escrito por: El Comal

La enfermedad de un ser amado



Es curioso pero cuando algún ser amado nuestro sufre alguna enfermedad aunque no sea muy seria, muchas veces sufre más la gente que la rodea que quien padece la enfermedad. Mi madre en estos momentos está enfrentando cáncer de mama, lo cual no es nada fácil, pero debido a que está en muy buen tiempo y está apenas brotando el cáncer no hay mucho riesgo en la operación.

Pero aún sabiendo esto; a mi mamá sé que le está costando mucho trabajo enfrentarse a la idea y a la operación (al igual que todos en casa), pero aunque no parezca lógico el que más está sufriendo en estos momentos es mi padre.

Al principio como que no caía el "20" de cómo alguien que no está atravesando la enfermedad directamente está más afectado que quién tiene la enfermedad y esto me hizo reflexionar y ver un poco en el pasado de mis experiencias propias, ya que he sufrido muchos accidentes de fracturas de huesos, esguinces, entre otras. Cuando estas pasaban yo me sentía bien, digo con el yeso, la fedula o lo que me curara, pero de ánimo yo estaba normal y mis padres sufrían al verme así. Hoy al meditar esto me di cuenta de que la enfermedad ajena de un ser amado te hace de algún modo ser egocentrista ya que más que el dolor que te causa ver a un ser amado, te preocupa más el qué pasaría si esta persona ya no pudiera estar más a tu lado o que no vuelva a ser la misma y eso es lo que más cuesta trabajo afrontar y sobrellevar.

Uno se acostumbra a una vida y se aferra a ella pero le da miedo la incógnita que pueda llegar a cambiar tu rutina y aunque todo mundo te dice que no hay problema, que todo va a estar bien, se te hace difícil aceptarlo y creerlo. Sabes que algo está pasando y puede cambiar tu vida. Sientes como si te estuvieran robando parte de tí, una parte que es irremplazable y sabes que si te la quitan nunca vas a volver a ser el mismo.

Cuando nos gusta algo, nos aferramos a eso y dejamos de pensar en qué pasara si esto cambiara de un día al otro y nos enfocamos solamente en el momento y hacemos nuestra planeación de nuestra vida junto aquellas personas a quienes amamos.
Escrito por: El Comal

domingo, 11 de abril de 2010

Todo lo que hacemos nos forja lo que somos y quienes somos.

En cuanto me levante en la mañana de mi cumpleaños numero 22 me puse a reflexionar sobre quién soy, lo que hago y lo que quiero ser. Me di cuenta que nada es por coincidencia, de que todas las cosas que hacemos en esta vida, desde los pequeños detalles hasta las cosas mas importantes van diseñando nuestro camino.

Hay varias frases que me gustan acerca de este tema: 1.- "Para entender el presente hay que estudiar el pasado, y para mejorar el futuro hay que aprender del pasado y aplicarlo al presente" y; 2.- "La diferencia entre quien eres y quien quieres ser se encuentra en lo que haces". Al reflexionar sinceramente sobre el tema me di cuenta de que no he logrado lo que he querido debido a mi actitud. Echándole la culpa a factores externos que de alguna u otra manera sí afectaron pero no de tal manera como para rendirme y dejar de luchar por lo que quería.

Platicando de esto con un muy amigo mío, me dijo algo muy sabio: "Cuando encuentres algo que en verdad te facine no lo vas a soltar por nada". Creo que tiene razon, pero lo que cuesta trabajo es encontrar eso que te apasione, y entra la incógnita de ¿Qué pasará si no lo encuentras? Por lo que me hizo reflexionar, y quedé en la conclusión de que las cosas que hagas aunque no sea lo que te apasione, hazla como si de verdad te apasionara, aunque no sea sencillo hacerlo. Por mientras seguir buscando eso que te apasiona en verdad!!

Escrito por El Comal.

¿Cómo le digo a mamá que tengo un problema de asombro?


Nada te satisface, todo te da igual, no me interesa, siempre es igual, pocas emociones, ninguna variación emocional, risas y sonrisas forzadas, algunas de ellas reales, no necesito más, todo va bien, no me molestas, como siempre, rutinario, diario, lo mismo… ya basta

Desde hace unos días para acá me he sentido incómodo. Estoy bien física y emocionalmente, Socialmente no podría estar mejor…pero hay algo que no es normal, que no va bien, que no me late. Así las cosas, tengo un dolor raro en el abdomen pero seguramente fue un golpe. No me duele la cabeza ni me duele el alma, pero hay algo que no me suelta.

Le he tratado de dar respuesta a esto. No he podido. Un amigo me decía que tenía que ver con una respuesta totalmente de impulsos químicos cerebrales. Sí le creo, pero no me interesa…platiqué con mi madre y me habló de un cierto brillo facial que había perdido en un transcurso de 3 4 meses para acá. Mi hermano me dijo que lo que me hacía falta era una novia. Posiblemente vaya por ahí pero lo que él sabe y lo que mi madre no es que es un problema de asombro.
¿Qué es eso del asombro? Filósofos y observadores de la vida dicen que es la base de la filosofía, de donde nace. Yo les digo que es la base de todo. Les digo que el ser humano vive de asombro. Se asombra de sí mismo y de los demás. Se asombra de las cosas. Ahora que lo veo de este modo entiendo que la palabra asombro puede ser tomada en dos vertientes: positiva y negativa. A veces uno se puede asombrar de la maldad de los actos de una persona. Otras veces uno se asombra de la estupidez de la misma persona. Otras cuantas se asombra de la habilidad de esa persona. Piénsenlo y verán que es cierto.

En fin, lo que trato de escribir es que en un lapso considerablemente ridículo de tiempo (3 o 4 meses) no he encontrado algo que me asombre, algún momento idóneo que me deje pensando en qué pedo con eso y mi posición con respecto a eso. No estoy cansado de eso, pero en serio, se siente de la patada eso de andar caminando solo por la vida. Yo no camino así, pero seguro estoy que si sigo así no tardaré mucho para cumplir con lo único que no deseo. Pareciera ser temor a la soledad, yo sé que no es así. Es algo que hasta ahora no he podido descifrar. Alguien ya lo hizo por y no me quiero volver a equivocar.

Entonces ¿Cómo le digo a mi mamá que tengo un problema de asombro? No puedo decírselo, no debo decírselo pues ya no existe. Lo que ahora estoy escribiendo significa como muchas otras cosas un punto final. Una nueva historia. Basta de criticismo. Basta de vanidad. Basta de tratar de ser. Ahora no trataré. Simplemente seré. Los que lean esto notarán el cambio. No 360°. Sí 359°. Esto es parecido al fénix, renacer, crecer, ser. Me motiva a ser otra vez, no a parecer. Es una promesa.