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domingo, 5 de junio de 2011

La universidad no es para todos

De unos días para acá, quizá ya un mes, muchos de mis contemporáneos se encuentran más que ocupados en las cuestiones universitarias de las tesis y las últimas semanas de clase. La preocupación de mis compañeros es más obvia que el sentimiento amoroso ingenuo de secundaria. Este fenómeno me ha dado vueltas por la cabeza una y un chingo de veces, he generado preguntas y respuestas sin embargo todos sabemos o deberíamos saber que la calidad de las preguntas son las que llevan a que las respuestas conlleven dentro de sí una nueva pregunta, misma que enuncio ahora mismo: ¿Realmente todos merecen ir a la universidad?

La respuesta inmediata es no. ¿Por qué no? Ah pues por el simple hecho de que no todos están para debatir y generar ideas acerca de la ciencia o la técnica ¿Cómo es eso? Sí, imaginen ustedes que todos estuviéramos en las aulas de tal o cual universidad… ¿Quién demonios lavaría el mingitorio? O peor aún ¿Quién sería el encargado de determinar dónde me toca estacionarme? Quizá mis argumentos sean demasiado inclinados a las universidades privadas pero aún así, en el caso de las públicas pregúntense quién sería aquel que barre en los pasillos de la facultad.

Bien, ahora que ya argumenté malamente el porqué no todos deben estar hablando de filosofía o de estructuras en las jaulas ahora me detendré a plantear la deserción de algunos valientes así como la estancia de muchos de nosotros a los que realmente no nos interesa o poco nos importa la cuestión universitaria. Han habido bastantes ocasiones en las que algún texto me derrota tan cabrón que decido releerlo para de nuevo no entender ni siquiera de qué trataba el dichoso conjunto de palabras. Posteriormente a mis fracasos camino por los pasillos donde se respiran aires de todos menos intelectuales o siquiera académicos para detenerme a oír en principio para luego escuchar y terminar riendo silenciosamente de los comentarios tan sencillamente pendejos y aparentemente trascendentales en la onda profesional.

Me causa una risa déspota escuchar los planes de algunos iguales a mí porque de alguna manera sé que muchos de ellos van a cumplirse y como en alguna ocasión se lo planteaba a alguno de mis compañeros: -la neta, ¿tú le confiarías a alguno de ellos la defensa de tu caso?-. Causa risa y espanto ver y saber que muchos de los que estudian cuestiones similares a lo que pretendo hacer por muchos años a veces ni siquiera tienen idea de lo que están estudiando.

Igualmente entiendo de manera empática que muchos de nosotros tenemos la obligación de tener una carrera y un título que nos acredite como licenciados en esto o lo otro, sin embargo estoy casi seguro que al menos de las personas que conozco, el 80% de ellos es infeliz haciendo lo que hacen en las distintas universidades, el 10% ni siquiera saben si son felices o no y el otro 10% (donde claramente no estoy yo) mal que bien le encuentran pasión a sus estudios.

¿Qué pasaría si todos aquellos que estudian por mero compromiso abandonaran la universidad? No se me ocurre otra cosa más que los padres los mandarían inmediatamente a trabajar sin siquiera preguntar por qué de la decisión. Vaya, es más que obvio saber que los padres y madres de familia buscan asegurarles el porvenir a los hijos de una manera responsable y qué mejor que heredando una carrera universitaria vista como una herramienta con la cual nosotros podremos tener un nivel de vida de acuerdo a nuestras necesidades y de acuerdo también a nuestros usos y costumbres.

Seguramente cuando yo, Daniel, sea padre le diré a mis hijos que estudien algo que les deje dinero porque en esta vida moderna el que no es maestro en algo pues simplemente está fuera del mapa y que se especialicen en alguna cuestión que implique lo multicultural porque la tendencia es la globalización y tantas pendejadas que se me podrían ocurrir ahora y después.

Hablar de la prostitución de la educación en este país es otra onda, es decir, ahora ya todos son especializados en cuestiones bien particulares y personalmente les puedo describir que he conocido a dos tres personas que son candidatos al grado de Doctor sin la tenencia de las aptitudes mínimas necesarias para serlo. Vaya contrariedad, aquellos a los que yo admiraba y decía: Ah, aquel Doctor que deslumbra con sus citas ahora no me parecen sino repetitivos, predecibles y en el peor de los casos muy vulgares.

Regresando a la cuestión de que no todos deberíamos ir a la universidad creo que hay muchas personas que bien saben que lo suyo son las artes y la vida artística, algunos otros saben que lo que les late son los negocios y el dinero pronto, ciertos saben que los deportes son el motor de su andanza y que los balones siempre han sido su pasión, ya los menos pretenden pensar que la ciencia, las letras, los juicios y el trabajo intelectual resultan ser lo que les llena a tope.

Sin embargo, ¿qué sucedería si una pareja de médicos supiera que a su único hijo lo que le late es la música? Y peor: ¡El rock! Sí, la música esa de chavos banda (así dice la gente de mente cerrada), toda escandalosa, donde se visten de negro y usan el cabello largo asemejándose a las mujeres mismas…pues definitivamente harían hasta lo imposible porque el incrédulo ese retomara las riendas de su vida viéndose orillado a elegir de manera forzada una carrera a la que no le ve utilidad o chiste alguno.

¿Qué si nos dejáramos guiar por nuestros gustos? Pues algunos se verían obligados a verle la espalda a su familia puesto que la tradición de M (por no escribir X) apellido es que todos sean exitosos en los estudios universitarios. Es complicado renunciar a la historia familiar pero en ambos sentidos, hay casos de los que he sabido y rescato y aplaudo la decisión de inclinarse por lo que los familiares dicen no sería sino una pérdida de tiempo: la universidad.

Homogenizar siempre es difícil, sin embargo tras mis experiencias he notado que son muy pocos (como lo decía más arriba) los que aman sus estudios. Tengo a una persona muy allegada que gusta tanto de sus estudios como yo de un litro de agua de horchata y sé cómo se desgasta en comprender cabalmente sus textos aportando ideas y debatiendo autores hitos en su área netamente social, digo eso está bien y es su onda pero a pocos, muy pocos como él les podría nombrar UNIVERSITARIO.

Desgraciadamente y aunque ahora todos somos muy estudiantes y nada estudiosos todavía estamos inmersos en una sociedad un tanto atrasada en niveles académicos y somos vistos como la novedad de la sociedad, quizá me podrían debatir la idea pero eso lo hacen porque seguramente el ambiente en el que se rodean o en el que nos rodeamos nos parece complicado encontrar a alguien sin licenciatura. Esto de la universidad no es algo fácil, somos lo más in y lo top del ambiente del AKADEMOS. Creo que me estoy tirando una piedra grandísima encima y no me interesa, al revés me da gusto saber que pocos son los que nos atrevemos a escribir pendejadas que al final van a ser leídas por alguien al que quizá podamos convencer con argumentos espontáneos porque al final es la espontaneidad la que ha dictado esto que sigo escribiendo y que al parecer no me sale tan mal (disculpen ustedes pero de alguna manera se me tenía que salir esa autoestima que todos tenemos).

Hay una cuestión que no me causa ni poco agrado y es el dress-code. En muchas carreras hay una constante de vestido que parece imperante que un abogado siempre ande de corbata o un diseñador con lentes de sol Ray-Ban armazón colorido, un médico con bata (que por cierto los muy odiosos no se quitan ni para comer), un ingeniero civil con la bota café y otros tantos ejemplos que podría mencionar, pero ultimadamente eso no interesa porque los que de plano no entendemos que se trata de una cuestión de apariencia somos nosotros, si no me creen dense una vuelta por USC o UCLA para que vean que ni siquiera sabemos copiar de manera integra un estereotipo.

Pero ya que estamos adentro y que de alguna manera chafa o buena somos universitarios pues vamos a hacer las cosas bien, no digo ni exijo excelencias académicas ni menciones honoríficas sino hacer trastabillar al profesor que no sabe, estudiar para no quedar mal en clase, investigar poco pero en libros de qué chingados habla el ese que está parado ahí en frente, preguntar para saber y no para joder, poner atención en lugar de estar en el face (bueno, aunque si el profesor es de esos a los que no vale ponerles atención a veces el fb es más productivo en muchos aspectos). Tampoco incito a nadie para alzar la voz y hacer sentir nuestra presencia universitaria porque si bien es cierto que sí sirve, pocos tienen la iniciativa o las ganas, por no decir el talento para hacerlo porque aunque no me lo crean hasta para eso hay que tener talento o talachearle duro.

Cierro recordando las palabras de una amiga peculiar que decía que los artistas viven de aplausos y yo modernamente soy un artista, entonces quizá si esto es leído por alguien en voz alta les pediría un aplauso para él o ella por la labor titánica que está haciendo al entonar mis oraciones y otro para mí que justo ahora estoy tirado en la cama escribiendo esto…ya en la última mínimo pónganle ME GUSTA.

PD. Piensen un par de veces de ahora en adelante si realmente merecen estar en una universidad y contéstense de manera afirmativa, de todas maneras algún día tendrán un título que así lo acredite.

Dan.

2 comentarios:

  1. Querido Daniel, estoy de acuerdo contigo en muchos de tus puntos pero en otros no. De hecho, en esos otros no es que esté poco de acuerdo contigo, o algo de acuerdo, sino más bien no estoy nada de acuerdo contigo. Precisamente por eso, sería bueno que nos viéramos y nos bebiéramos uns güisquis juntos.
    De cualquier manera, güisquis o no güisquis, lo que te puedo decir es que me parece excelente que seas crítico con tu propia realidad. También te puedo decir que si no te gusta la universidad, y se lo diría a quien sea que no le guste, que está en su completo derecho de salirse. La universidad y la estructura educativa del mundo moderno es una mierda si no es lo tuyo. Lo grave es que para la mayoría de los casos no es lo suyo, y vivimos con la fantasía de que se es un perdedor si no se tiene un título.
    Zaid dice que los títulos nobiliarios han sido sustituidos por los título nobiliarios. Y qué razón tiene, pues deja ver que lo único que hace la unviersidad es generar diferencias sociales, estratificar a las personas, y generar mayores injusticias. Estoy de acuerdo en él. Pero el problema no es ése. El problema es que todos quieren llegar allí. Y eso es imposible. De hecho es, más bien, indeseable.
    Lo deseable, a mi juicio, es que quien tenga un corazón de bohemio sea bohemio, quien se realice estudiando latín, que lo haga, quien sienta que su estómago vibra al pensar en poner un bar y un restaurante de tapas españolas, que lo pueda hacer. Si necesitar de una carrera universitaria.
    Si tan solo fuéramos más creativos al elegir nuestros futuros... Pero no. Estamos cerrados y esclavizados a la universidad. Ella se nos presenta como un difícil reto, un fardo pesado, que, de entrada, nos hace sufrir al obligarnos a elegir una de 98 opciones de licenciatura.
    Si fuéramos más libres y ás valientes y más auténticos, mandaríamos todo a la chingada. Pero nos encanta no ser felices y permanecer atados a la universidad. A la castrante universidad.
    O, también, podemos ir por unos güisquis.

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  2. BIEN DANIEL, tratando de recordar el comentario inicial y que se perdio en los pasillos del mundo cibernético , te dire que las preguntas pueden continuar y replantearse intentando entender el fenómeno universitario, el cuál no se agota dentro de una institución educativa, antes bién el proposíto de esta última será el forjar la diciplina con la que se mostrara como ser universitario, esto es universal. El término te compromete en la universalidad que te da la apertura, que te libera de la venda de la ignorancia y de la ignomínia, que te libera de sus ataduras y te da posiblidad de conducirte como un universal, que continúa, ahora ya, solo, sin el apoyo del maestro que le forjo en las aulas,con el poder de discernir del mundo de ideas, teorías y "verdades" que fluyen de boca en boca, de libro en libro, de noticia en noticia,discernir aquellas y solo aquellas que realmente representan o concuerdan con la realidad que los sentidos pasados por la razón e intelecto, me hacen sentido y existencia.
    Por ello los lemas universitarios "Ardera la flama de la verdad" "La verdad os hará libres" "Por mi raza hablará mi espiritú" "SABER MAS PARA SER MAS"; no son sino la esencia del ser universal, no dejas de serlo por abandonar el aula, lo eres despúes de hacer el proceso intelectivo, forjado en la diciplina y que ya jamás podrá ser abandonado, seras por siempre universitario. Entonces surge el siguiente planteamiento ¿el tener presencia física en un aula de una institución dedicada al saber, te da por osmosis el ser universitario? (decía un obrero que él a diario pasaba por la universidad, pues quedaba camino a su casa, y se consideraba a la par de los estudiantes que caminaban con el por la acera, y que podía ser uno de ellos..)¿no es acaso el ser universitario un quehacer cotidiano?¿no es acaso el reto diario del hombre que salío de la caverna de la ignorancia, el sentirse vivo cada vez que escapa de obscuridad a travéz de los destellos de conocimiento, conciencia y razón?

    Efectivamente, no obstante que todo hombre esta llamado a la universalidad, son pocos los valientes que se asoman a conocerla.

    Daniel, sigue cuestionando, es importante para mantener encendida la luz en la caverna.

    Saludos
    MaríaLuisa Glez.Puga.

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