Vistas de página en total

viernes, 6 de agosto de 2010

No somos iguales.


Cuando te conocí te mostraste ante mí como toda amor, toda comprensión, toda sinceridad, toda sutileza, toda humildad. Pasaron los días y poco a poco fuiste cambiando tu manera de ser, te adaptaste a mí como ninguna otra persona lo había hecho. Por algún momento llegué a creer que realmente te quería, ahora me doy cuenta que lo único que quería era no lastimarte.


Tus sentimientos parecían ser puros, me decías palabras que nunca nadie antes me había entonado. Me abrazaste en el momento correcto, pero ¡Oh sorpresa!, date cuenta que todavía eres una niña que brinca cuando ve cosas que le gustan, que se apena por cosas tan sencillas y absurdas como el amor y eso para mí era algo penoso.

La verdad es que cuando estábamos juntos pasaba un buen rato, no el mejor, pero sí me sentía cómodo. La situación real es que esos momentos me parecían rutinarios y absurdos a tal grado que llegué a negarme a verte. Es cierto que estaba cansado y que tenía múltiples ocupaciones por hacer y la verdad es que tú me quitas el tiempo.

Mientras tú piensas en postres o en no sé que otras tonterías yo estoy pensando en observación o en métodos de investigación, mientras tú tomas café y hablas de temas superfluos con tus amigas yo me siento a reflexionar cómo es que podría acelerar mi ritmo académico de manera radical. Lo quisiste intentar conmigo y la verdad es que saliste perdiendo porque para mí no eres casi nada.

Te voy a decir la verdad, nunca llegaste a ser parte de mi pensamiento. Lo que no puedo negar es que en momentos sí llegué a sentir compasión por ti, ahora lo único que mereces es desprecio porque no me heriste pero sí me lesionaste en donde más me duele.
No me diste en mi orgullo, ni en mis sentimientos ni mucho menos. Supiste por dónde me podrías lastimar y lo hiciste. Por eso no te odio, pero debes saber que desde ahora tú para mí eres un cero a la izquierda, una sombra, otra que pasa por la calle, una menos. Sigue divirtiéndote en tus círculos de normalidad, en tus lugares de moda, búscate a alguien que le guste ver las caricaturas, lo último que deseo es pedirte un favor: Ya no me busques porque si lo haces sólo vas a encontrar desprecio y negativas.

Tú y yo no tenemos nada por hacer, tus pensamientos me parecen obvios y hasta un tanto absurdos. Por ahora no busco a alguien como tú. Tal vez mis sentimientos sean los peores pero francamente te digo: Me aburres y no somos iguales.

1 comentario:

  1. no se ni como empezar, pero dejame decirte que eres un idiota, nunca encontraras a una persona que valga la pena como ella...

    de verdad me das pena... no todo gira en torno a ti, no te conozco y espero nunca hacerlo, pero por lo que lei asi lo note.

    tanto pinche valor para escribir estas cosas... cuando las cosas se hablan de frente y nunca escondiendote tras un blog...

    espero nunca te cruces en mi camino

    ResponderEliminar