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sábado, 12 de junio de 2010

El camión y las nulas oportunidades

Desde hace aproximadamente 1 mes el carro no se encuentra descompuesto, pero no tiene el mismo desempeño que debería tener. Creo que se trata de una cuestión de afinación o alguna otra cosa de mecánica automotriz. Pues bien, no tengo dinero suficiente para llevarlo al servicio así es que no me queda de otra más que usar el transporte público.

No es novedad para mí hacerlo. Desde que era niño me acostumbre a dicho medio. El metro, la combi, el pesero, el trole, el RTP y una vez el tren ligero. Inclusive llegando a esta ciudad en progreso (León), inmediatamente fui víctima de las tarifas excesivas así como del pésimo servicio.

En aquellos momentos me costaba mucho trabajo usar los camiones en la ciudad ya que son incómodos y extremadamente calurosos, así es que no me quedaba de otra más que ponerme a leer materia de leyes o libritos poco complejos. Desde el mes para acá me he dedicado a observar quiénes son los usuarios del camión.

Hay veces que me da miedo subirme a un camión con algún otro usuario por sus condiciones sociales, no obstante, nunca me ha sucedido ningún percance en el transporte público de la ciudad. Regresando al tema de quiénes son los que usan el camión digo que son aquellos que pertenecen a la clase obrera.

Si te subes a un camión, por más que sea el que se dirige a la universidad, verás a la que hace el aseo en la casa, al albañil, al cholo, al pintor, al niño con residuo de dulce en la cara, a la mamá con una playera regalada por el candidato a diputado local, al que se sube a cantar tres canciones populares a cambio de unos pesos, al estudiante de la preparatoria federal…

Posiblemente el olor no sea el más agradable, virtualmente la estadía será poco cómoda. Lo que sí es seguro es que ninguno de ellos tiene la misma oportunidad que tú como lector tienes, es decir, posibilidad de elección de estudios universitarios, un automóvil propio, diversidad de menús en tu mesa e inclusive internet en su casa.

La verdad es que me da mucho coraje ver eso, no puedo hacer nada, a eso están acostumbrados…seguramente su destino será trabajar en un taller pegando suelas o cortando piel con tres hijos y una esposa o esposo poco responsable, con un salario casi mínimo, con egresos más grandes que los ingresos, sin seguro social, tomando cervezas los fines de semana, deseando lo que los otros tienen, viendo cómo sus hijos se envuelven en lo que ellos fueron, pensando cómo hacerle para que el dinero rinda más.

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