Vistas de página en total

domingo, 14 de febrero de 2010

Destino

Platicando con un genio de la medicina llegamos a un punto en el que ambos coincidimos plenamente. Él exponía argumentos sólidos que incluían conceptos neurológicos un tanto complejos, mí aportación estuvo basada en la observación y en métodos comparativos sin base alguna. Lo primero y lo segundo se conjuntaron y pudimos definir el matiz que toman los pensamientos de las personas que oscilan alrededor de los veinte, veinticinco años. Un tanto apresurado o no, esto fue lo que dedujimos.

Cuando se es joven se toma una actitud vale madrista. Nunca se toman las cosas en serio y cuando se hacen es por seguir un patrón predeterminado que resulta en una actividad repetitiva, misma que si resulta incomoda se realiza por simple costumbre. Así planteamos que al menos en el caso de los mexicanos tenemos una personalidad ridícula, que se deja llevar por las primeras impresiones y peor aún por las cuestiones materiales.

Posteriormente enfatizamos la conversación y la llevamos hacía el terreno de las relaciones interpersonales. Ahí establecimos un ejemplo que a continuación enunciaré: Una mujer que llamaremos R es de las que, en el nivel medio y superior académico, acaparan las miradas de los compañeros, con una tez impresionante y un cuerpo que se desarrolló con extrema velocidad. De las que los lunes dicen haber salido el fin de semana con un conocido de la universidad. ¿Ya saben de quién hablo? Seguramente todos tenemos alguna conocida que encaja perfectamente con la descripción anterior.

Pues bien, el patrón marca una sola historia para esas personas. Cuando se hacen un poco más grandes pierden confianza en sí mismas debido a que su piel se ha manchado un poco y han subido de peso debido al hijo que tuvieron con el chavo del jetta rojo, lentes de sol y cabello peinado en forma extravagante. Generalmente se sienten apegadas a sus recuerdos y remembranzas. Es en ese momento donde se encuentran de frente con un golpe emocional tal que resulta complejo salir de él, esto es, dentro de los recuerdos pre-universitarios se les viene a la mente aquel que cuando la veía bajaba la cabeza, el mismo que le dejó una rosa en su lugar…en fin, aquel del que se burlaba por estar enamorada de ella.

Así podría seguir enunciando muchas características, no obstante el punto es que las personas que se dejan llevar por las cuestiones materiales y peor aún por las primeras impresiones están destinadas al fracaso. La cuestión es conocer a una persona de manera inteligente, sin prejuicios, sin a prioridades. Claro que esto sólo es recomendable cuando la persona te interesa de alguna manera, si no realmente no vale la pena y es una pérdida de tiempo estar escuchando relatos de antros con cover de cien pesos, carros de revista totalmente modificados, motores de carrera, moda en zara y bershka.

Pues bien, aventurado o no esto fue a lo que llegamos tras treinta o cuarenta minutos de análisis y reflexión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario