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domingo, 14 de febrero de 2010

Arte sobre arte

Para comenzar este breve ensayo tengo que hacer especial énfasis en que uno de los grandes culpables de la división entre arte clásico y las vanguardias fue el creador Marcel Duchamp, él osciló en distintos estilos tales como el fauvismo y el cubismo; además no sólo produjo pintura sino algo de escultura y los tan contemporáneos ready-mades. Hablar de un ready no es tan fácil ya que como dice un buen amigo: “Un ready made no es más que un objeto fuera de su contexto habitual al cual no podemos analizar ni ver sino observar”. Es en la observación donde me entiendo con lo que Shwanitz desarrolla en su obra La cultura.

El método para ver una obra de arte se mantuvo intacto durante mucho tiempo, no obstante, algún inconforme desarrolló un movimiento que para él significaba poco pero que a la postre resultaría en la matriz de las vanguardias. Hablando de matrices, me viene a la mente lo que fountain significa para algunos pocos. Si uno habla de vanguardias por supuesto y de manera evidente no puede dejar de lado a Marcel y su obra más conocida fountain. Tras una corta discusión con conocedores del tema me quedo con la opinión que dicha obra representa una matriz; la prueba más evidente: el pseudónimo. Si uno altera el orden de las letras de aquel pseudónimo se da cuenta que dice MUTTER, palabra que significa “madre” en alemán, por ende es ahí donde le encuentro la razón de ser a dicha obra. No se trata sólo de un mingitorio al revés sino de una idea tan elocuente como la de una fuente de humanos, una mujer, una madre.

Si hay algo que me queda claro en las vanguardias es el egoísmo de los autores, ese sentimiento individual que tienen, repudio hacia las agrupaciones, odio hacia los movimientos, afán por crear, por saberse establecedores de su arte. El arte moderno se trata de una antítesis sintética, es decir, va en contra de lo dictado y de lo que es y además resume en sí misma a sí misma.

El arte moderno para mí, al igual que la filosofía se trata de un estado de contemplación, ergo asombro. Asombro que conlleva a darle una interpretación distinta y muy personal a la que se debe dar en las obras clásicas. Así, en el modern art uno se da el lujo de entender lo que a uno le plazca y no de tratar de entender lo que el autor quiso decir. Complicado o no, esa es la actitud que se toma ante un arte tan complejo y tan sencillo a la misma vez; complejo y sencillo ya que como en la mayoría de los fenómenos actuales, se presenta una condición que a todos nos hace únicos y diferentes: el relativismo.

Concluyo con: no se trata de arte moderno, antiguo, fauvismo, cubismo, expresionismo, impresionismo o todo lo que termine e ismo; sino de creación-contemplación-asombro. No debemos criticar a un autor ni mucho menos a su obra teniendo prejuicios. Debemos ser de alguna manera sensibles ante las expresiones de aquellos que se aventuran a demostrarse a sí mismos a través de un lienzo, una hoja e instrumentos musicales para que de esa manera nos formemos un criterio propio.

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