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martes, 22 de diciembre de 2009

Make up


Hace algunos días caminando por alguna de las calle de la ciudad, observé a una mujer de pies a cabeza; ella no tan bien formada como las mujeres de esta región pero con ese algo que te hace voltear el cuello. Pies delicados y arreglados con esas uñas que ahora parecen piezas artesanales. Piernas delgadas y blancas (nada espectaculares). Pantalón y blusa sencillos. Ni esbelta ni obesa. Tez blanca, cabello negro. Simple pero elegante; para finalizar lo más importante: un rostro sin maquillaje que para mí significó simpleza y naturalidad.

El make up en sí representa una nueva imagen. Quién de nosotros no ha visto a una mujer sin maquillar e inmediatamente expresa: -el maquillaje hace milagros-. Y es que es verdad; hay personas que lucen mejor con una sencilla cola de caballo sin arreglarse. Pero hay otras (la gran mayoría) que abusan de los cosméticos.

En sí, y en palabras de Andrea Echeverrí todas las mujeres son bellas y digo todas; lo que sucede es que la vanidad en tiempos modernos es lo que las hace parecer más o menos atractivas. Claro que hay mujeres que son muy muy feas, pero en esta ocasión no se trata de belleza o fealdad sino de las máscaras que usan las mujeres para no mostrarse como realmente son.

Una mujer que habitualmente se maquilla simplemente no puede salir a la calle sin hacerlo. Normalmente tardan mucho tiempo en dicha actividad. Dinero no sé porque nunca he comprado cosméticos, ya ustedes me podrán decir.

Crema de día, crema de noche, corrector, rímel, maquillaje, sombra, lipstick, delineador, rubor y cualquier otro producto que ustedes conozcan es lo que desde hace mucho tiempo las mujeres, y desde hace poco los hombres, suelen usar para corregir imperfecciones, resaltar sus ojos o afinar facciones.

El maquillaje lo percibo como una perfección jamás alcanzada. Como un detalle que hace a una mujer ser más moderna. Como un vestido holgado que no deja mostrar la figura de una mujer. Como el alter ego de las mujeres.

Para culminar y aplicar el tema del maquillaje en las relaciones interpersonales afirmo que cuando hay una verdadera empatía en dos seres, nunca se verá reflejada en el gusto del cuerpo del otro sino en el ser mismo, es decir, uno se enamora y descubre al ser. No se trata de parecer payasos de semáforo, ni mucho menos de descuidar el cuerpo sino de sentirse bien uno mismo, aceptarte como eres y procurarte de alguno u otro modo.

No es fácil para mí escribir esto ya que no domino el tema. Sólo escribo lo que veo, percibo y observo. El maquillaje para mí representa una imagen idealizada que las mujeres y ahora los hombres buscan exteriorizar. Una máscara para perfeccionarse a sí mismos. La idea de la perfección me atrae pero no me convence. Pienso ahora mismo en el justo medio; lo aplico y encuentro una respuesta: ni el exceso, ni el defecto; se debe encontrar un equilibrio en la imagen.


1 comentario:

  1. muy buen ensayo , no tengo idea de por que los haces pero siguelos haciendo .

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